martes, 26 de febrero de 2008

Sr. Baudelaire



Charles Baudelaire
(1821-1867)

EL VAMPIRO
Tú que, como una cuchillada;
Entraste en mi dolorido corazón.
Tú que, como un repugnante tropel
De demonios, viniste loca y adornada,
Para hacer de mi espíritu humillado
Tu lecho y tu dominio.
¡Infame!, a quien estoy ligado
Como el forzado a su cadena,
Como al juego el jugador empedernido,
Como el borracho a la botella,
Como a la carroña los gusanos.-¡Maldita, maldita seas tú!
Supliqué a la rápida espada
Que conquistara mi libertad
Y supliqué al pérfido veneno
Que sacudiera mi ruindad.
¡Ay! el veneno y la espada.
Me desdeñaron diciéndome:.-No eres digno de que se te libere
De tu esclavitud maldita.-
¡Imbécil! -Si de su dominio
Te libraron nuestros esfuerzos,Tus besos resucitarían
El cadáver de tu vampiro.